Los ojos y el estrés: ¿Puede el estrés afectar la vista?
¿Sabías que el estrés puede afectar tu visión? Es cierto. Cuando estamos estresados, nuestra presión arterial puede ser irregular y nuestro cuerpo puede liberar hormonas que pueden provocar la constricción de los vasos sanguíneos, incluidos los de los ojos.
Esto puede provocar visión borrosa, fatiga visual e incluso dolores de cabeza. Además, el estrés puede agravar afecciones oculares ya existentes, como el síndrome del ojo seco y glaucoma.
En este artículo exploraremos los diferentes tipos de molestias oculares que pueden originarse por el estrés y enumeraremos los síntomas, así como las posibles soluciones a corto y largo plazo.
¿Cómo se relacionan los ojos y la ansiedad?
Las investigaciones han establecido una correlación entre las molestias visuales y varias formas de estrés, como la ansiedad, el estrés general, la hiperestimulación y el agotamiento emocional.
Como consecuencia del estrés y la ansiedad, nuestro cuerpo entra en un estado de angustia y empieza a enviarnos señales que es importante tener en cuenta. Estas señales también se manifiestan a través de nuestra visión.
De hecho, el estrés pone a prueba todo nuestro sistema inmunitario. Durante los periodos de ansiedad y nerviosismo más bien prolongados, la circulación sanguínea sufre un retroceso, reduciendo su eficacia, lo que provoca un menor aporte de oxígeno a los tejidos y una eliminación más lenta y difícil de las toxinas.
La reducción del riego sanguíneo al ojo puede causar muchas molestias oculares. Además, las reacciones físicas típicas que experimentamos en momentos de estrés, como apretar los músculos faciales y dormir mal, también se asocian a problemas visuales relacionados con la ansiedad.
Sigue leyendo para informarte en detalles.
Cómo afecta el estrés a los ojos
El estrés puede afectar nuestra vista de varias maneras. Con la ayuda de los expertos de Lentiamo, analizamos las más comunes a continuación:
Visión borrosa
Los trastornos visuales inducidos por el estrés, como la visión borrosa, pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida. A menudo se atribuyen a los efectos fisiológicos del estrés en el organismo, incluidos los cambios en el flujo sanguíneo y el nivel hormonal. Determinar las causas es crucial, sobre todo si las molestias son crónicas y no parecen estar relacionadas con deficiencias visuales como la hipermetropía, la miopía, el astigmatismo o la presbicia.
Tensión ocular
Esta afección puede estar causada por periodos prolongados de intenso estrés físico o emocional, que pueden provocar tensión muscular y fatiga en los ojos. El descanso adecuado, la relajación y los ejercicios oculares pueden ayudar a aliviar los síntomas y prevenir el síndrome de fatiga visual.
Ojos secos o llorosos
Las molestias oculares inducidas por el estrés también pueden manifestarse como sequedad o lagrimeo excesivo de los ojos. Estos síntomas pueden atribuirse a diversos factores, como el aumento de la actividad del sistema nervioso simpático y la alteración de la producción de lágrimas. Una gestión adecuada de los niveles de estrés y un tratamiento específico de las causas subyacentes pueden aliviar estos síntomas y mejorar la salud ocular.
Espasmos oculares
Otro fenómeno común relacionado con el estrés que se produce cuando los músculos que rodean el ojo se contraen involuntariamente. Esta afección, también conocida como mioquimia del párpado, puede desencadenarse por diversos factores, como la ansiedad, la fatiga y el consumo de cafeína. Aunque suele ser inofensivo, un tic ocular persistente puede requerir atención médica.
Sensibilidad a la luz
También conocido como fotofobia inducida por el estrés, este fenómeno puede estar desencadenado por diversos factores estresantes, como factores emocionales, físicos o ambientales. El diagnóstico y tratamiento adecuados son esenciales para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Visión de túnel
Se produce cuando la percepción se vuelve limitada y estrecha debido a los efectos del estrés. Esta condición puede conducir a una disminución de la capacidad para procesar información y tomar decisiones acertadas.
Moscas volantes
La aparición de moscas volantes, que son pequeñas motas o manchas que aparecen en el campo visual, también se ha relacionado a veces con el estrés. Este fenómeno se produce cuando la sustancia gelatinosa del vítreo degenera, cambia de densidad, viscosidad y se transforma en diversas formaciones.
En la mayoría de los casos, las moscas volantes no requieren ningún tratamiento y desaparecerán de su campo visual. Si son persistentes o cambian rápidamente, se recomienda el asesoramiento de un profesional.
Dolores de cabeza
Los mecanismos que relacionan los dolores de cabeza con el estrés son amplios y complejos. Está bien establecido que el estrés puede desencadenar una cascada de acontecimientos que conducen al desarrollo de cefaleas y migrañas oculares. Una correcta hidratación, una buena postura y una medicación adecuada son siempre buenas ideas en caso de manifestaciones ocasionales.
Sin embargo, si padeces dolores de cabeza con regularidad, será aconsejable que te sometas a una investigación exhaustiva con un profesional médico.
¿Puede el estrés provocar ojos inyectados en sangre?
En efecto, el estrés puede contribuir al enrojecimiento de los ojos, aunque normalmente de forma indirecta.
En primer lugar, podemos preguntarnos: ¿por qué se nos "inyectan en sangre" los ojos? Cuando el ojo está irritado o sometido a un esfuerzo excesivo, los vasos sanguíneos de la zona se dilatan para facilitar el riego sanguíneo.
Esta respuesta fisiológica es un mecanismo natural de protección del ojo y es responsable del aspecto rojizo característico del ojo afectado.
Cuando estamos estresados, ansiosos, poco descansados y fatigados, nuestros ojos pueden enrojecerse como consecuencia de ello. En otros casos, este fenómeno puede producirse por diferentes motivos. Para saber más, lea nuestro artículo en profundidad sobre ojos rojos.
¿Puede el estrés dañar permanentemente los ojos?
Normalmente, no. Es tranquilizador observar que la mayoría de los problemas de visión inducidos por el estrés son sólo temporales y se resuelven una vez que se aplican las técnicas de relajación. Sin embargo, el estrés mental prolongado puede tener un impacto perjudicial en la salud ocular, provocando distorsiones visuales y una posible pérdida de visión.
Es imperativo dar prioridad a la gestión del estrés y a las prácticas de autocuidado para mitigar los efectos negativos del estrés en nuestro organismo.
Siempre se recomienda acudir a un profesional médico a quienes experimenten alteraciones persistentes o graves de la visión, aunque estén causadas por el estrés. Tu oftalmólogo te dará los consejos adecuados para aliviar las molestias y prevenir posibles complicaciones.
¿Qué puedes hacer para evitar los problemas de visión relacionados con el estrés?
Para prevenir los problemas de visión relacionados con el estrés, existen varios métodos sencillos que puedes poner en práctica. Aplicando estas estrategias, puedes reducir significativamente el riesgo de desarrollar problemas de visión relacionados con el estrés y mantener una salud ocular óptima. En muchos casos, serán tan eficaces que notarás sus beneficios con bastante rapidez.
Estas son las principales sugerencias de los especialistas de Lentiamo para evitar los problemas de visión relacionados con el estrés:
Descansa con regularidad
Tómate descansos regulares de las actividades que supongan una carga para la mente y el cuerpo. Los estudios han demostrado que hacer pequeñas pausas cada hora alivia la tensión física y mental, permitiéndote volver a tus tareas con una concentración y energía renovadas. Además, puede ayudar a prevenir el agotamiento y reducir el riesgo de desarrollar problemas de salud crónicos relacionados con el estrés.
Prueba las gafas de luz azul
Reduciendo la cantidad de luz azul que llega a los ojos, las gafas de luz azul pueden ayudar a aliviar el malestar asociado al tiempo prolongado frente a la pantalla. Esto también te ayudará a mejorar la calidad de tu sueño y, por tanto, a reducir potencialmente tus niveles de estrés durante el día.
Practica técnicas de relajación
La respiración profunda, la meditación o el yoga pueden ayudar a reducir los niveles de estrés. Respirar lenta y profundamente activa la respuesta de relajación del organismo, reduce la presión arterial y la frecuencia cardiaca, mejora la digestión y refuerza el sistema inmunitario. Practicarlas con regularidad puede reportar beneficios a largo plazo, como una mayor claridad mental y estabilidad emocional.
Mantener una dieta sana y equilibrada
Consumir alimentos ricos en nutrientes como frutas, verduras y cereales integrales puede ayudar a regular el estado de ánimo y reducir la ansiedad. Además, una dieta equilibrada puede mejorar la salud física general, lo que aumenta la resiliencia y mejora la gestión del estrés.
Haz ejercicio regularmente
El ejercicio físico ayuda a liberar endorfinas, que son estimulantes naturales del estado de ánimo, y es una forma eficaz de controlar el estrés y mejorar el bienestar general.
Prioriza el sueño de calidad
El sueño favorece el restablecimiento físico y mental, refuerza la función cognitiva y mejora el estado de ánimo. Un sueño adecuado también favorece la función inmunitaria, reduce el riesgo de enfermedades crónicas y ayuda a regular el apetito y el peso.
Llevar un diario
Escribir los pensamientos y las emociones puede ayudar a procesar y comprender los sentimientos, con la consiguiente reducción de los niveles de estrés. Llevar un diario puede proporcionar una sensación de control y organización que permite afrontar los factores estresantes con mayor eficacia.
Busca ayuda profesional
¿Y si ya has probado todo lo anterior, pero no es suficiente para controlar tus niveles de estrés y los problemas oculares inducidos por éste? Entonces es importante consultar con profesionales.
- Consulta a tu médico de cabecera para comprender qué medidas concretas puedes tomar para reducir el estrés y mejorar tu calidad de vida.
- Considera los servicios de bienestar psicológico. Si tienes problemas recurrentes asociados al estrés que interfieren en tu vida cotidiana, es posible que te convenga acudir a terapia.
- Programa exámenes oculares para controlar cualquier cambio en tu visión y abordar cualquier posible problema desde el inicio. Independientemente del estrés, recuerda que siempre es importante acudir al oftalmólogo para revisiones periódicas.
Cuando el estrés golpea, es común experimentar síntomas como dolores de cabeza, visión borrosa, fatiga o ojos secos. No pases por alto estos consejos y trucos, ¡tus ojos (y tu salud en general) te lo agradecerán!
Reflexiones finales de Lentiamo:
Es importante reconocer que el estrés puede afectar la vista. Dedicar tiempo a uno mismo o probar técnicas sencillas de relajación suele ser una solución. No obstante, es recomendable acudir al médico si experimentas algún cambio en tu visión o si te sientes abrumado por el estrés.
Fuentes
2. Mount Sinai, Relaxation techniques for stress